7 Pasos para Meditar Fácilmente y Conectar Contigo Mismo

7 Pasos para Meditar Fácilmente y Conectar Contigo

¿Crees que meditar es difícil o que no tienes tiempo para hacerlo? No estás sola. Muchas personas sienten lo mismo al comenzar su camino espiritual. Pero la verdad es que meditar no se trata de perfección, sino de presencia. Solo necesitas un momento para ti, la intención de conectar con tu interior, y una guía amorosa que te acompañe. 

En este artículo te comparto 7 pasos sencillos y profundos para comenzar a meditar fácilmente, incluso si nunca lo has hecho antes. Crea un espacio íntimo, siéntete segura, y permite que cada respiración sea un regreso a ti.



Paso 1 – Prepara tu espacio interior y exterior

Antes de cerrar los ojos, comienza por crear una atmósfera que te sostenga.

Espacio físico: Elige un lugar donde te sientas cómoda y en paz. No tiene que ser perfecto, solo que te permita estar contigo sin interrupciones.
Espacio mental: Escribe en un papel tus pendientes, preocupaciones o pensamientos que ocupan tu mente. Al hacerlo, les das un lugar fuera de ti, liberándote de sostenerlos durante la práctica.
Observa sin juicio: Escucha los sonidos que te rodean. No los resistas. Solo reconócelos y permite que existan. Así entrenas a tu mente a estar presente sin reaccionar.

Mujer meditando al amanecer conexión y presencia

Paso 2 – Relaja tu cuerpo

Tu cuerpo también necesita saber que puede descansar. Estira los brazos, mueve tu cuello con suavidad, sacude tus manos y respira profundo. Cada movimiento es una invitación a soltar el estrés, la rigidez y las prisas del día.

Luego, elige una postura cómoda: sentado en el suelo con un cojín, en una silla con la espalda recta o incluso recostado si lo necesitas. No importa cómo te ves, sino cómo te sientes.

Paso 3 – Lleva tu atención al momento presente

Cierra los ojos suavemente y permite que tu atención se posicione en el aquí y el ahora. No necesitas vaciar tu mente. Solo observa lo que hay, sin aferrarte ni rechazar nada. Si surgen pensamientos del pasado o preocupaciones, agradécelos y déjalos pasar.

La concentración es simplemente eso: elegir estar presente, momento a momento, con amor y sin juicio.


Paso 4 – Visualiza un lugar de calma

Con la respiración tranquila, imagina un lugar que te inspire bienestar: una playa suave, un bosque lleno de luz, un lago sereno. No tienes que forzar la imagen; deja que surja desde el corazón. Observa los colores, siente la temperatura, escucha los sonidos. Permite que este espacio interno te abrace y te dé seguridad. Ese lugar eres tú… y puedes regresar a él siempre que lo necesites.


Paso 5 – Usa un mantra con tu japamala

Un mantra es una palabra o vibración que enfoca tu mente y eleva tu energía. Toma tu japamala y comienza en la cuenta justo después de la cuenta gurú (la más grande). Con cada cuenta que pases entre tus dedos, repite tu mantra en voz baja o mentalmente. Hazlo 108 veces. Puedes usar mantras tradicionales, afirmaciones positivas o palabras simples como:

  • “Soy luz”
  • “Estoy en paz”
  • “Gracias”
  • “Om Shanti”

No se trata de repetir por repetir, sino de sentir cada palabra como una ofrenda al alma.


Paso 6 – Agradece este momento

Al finalizar tu práctica, no te levantes de inmediato. Lleva tus manos al corazón y agradécete con suavidad por haberte regalado este instante. Puedes decirte en silencio:

“Gracias por elegirme, por estar aquí, por darme este momento de paz.”

Agradecer también es meditar… y abre la puerta para que la energía del amor siga fluyendo.


Paso 7 – Siente la conexión contigo

Permanece unos instantes en silencio y observa cómo te sientes. Tal vez más liviana, más en calma, más tú. Esta práctica no busca solo paz momentánea, sino ayudarte a revivir la relación contigo misma, con tu alma y tu verdad.

Con cada sesión de meditación, vas recordándote y regresando a ti.


No importa si la primera vez no fue lo que esperabas (un caballo no se doma en la primera montada). La constancia hará que cada día tu práctica sea más profunda y natural. Gracias por permitirte este encuentro contigo misma. Has comenzado un camino sagrado: el de volver a ti, poco a poco, con amor y presencia.

Recuerda: meditar no es poner la mente en blanco, ni alejarte del mundo, sino regresar a él con más conciencia. Tu japamala es una guía, pero tú eres la fuente. Lo más valioso no está en el objeto, sino en la intención que pones en cada cuenta, en cada respiración, en cada instante que te regalas.


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Te deseo que con la lectura de este articulo y al ponerlo en práctica puedas experimentar luz, amor y sanación. Que tu energía fluya en armonía y logres conectar contigo mismo y con el universo. Gracias por estar aquí compartiendo este espacio conmigo!

Con amor, Isabel González